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¿FUNCIONAN LAS ECONOMÍAS DE FICHAS?

Es una pregunta muy frecuente la que formulan los progenitores en los consultorios de psicología infantil, ¿Funcionan las economías de fichas? Y la respuesta rotunda es, si  funcionan. Aunque como en todo la eficacia no es de un 100%. También hay que decir que como en la mayoría de las cosas en esta vida, tan importante es el qué como el cómo. En el caso de las economías de fichas el qué, suele ser bastante entendido, ahora bien, el cómo no suele estar siempre bien ejecutado, siendo la clave del funcionamiento o no de dicha técnica.   La base y principios para que funcione una economía de fichas son claros y siempre son los mismos, se busque donde se busque o se hable con quién se hablé, sin embargo, la forma de aplicarlo es lo que podemos variar, para bien y para mal. Para bien, sobre todo me refiero cuando  desinfantilizamos la técnica para aplicarla a niños más mayores (12-13 años en adelante); y para mal cuando no se respetan todas las normas de aplicación, que repasaremos someramente a continuación. Que una economía de fichas funcione radica en los siguientes elementos:  
  • Visual: la niña ha de poder ver en cualquier momento cómo va la evolución de su conducta, que está haciendo bien, y que no. Para ello la plantilla que empleemos debe estar en un lugar visible.
  • Claro: todo lo que pongamos en la economía de fichas debe ser entendido por el niño, pues la hacemos para ellos, por lo que hay que asegurarse que la entienden, pudiendo utilizar para este fin imágenes en lugar de palabras, o colores, o cualquier cosa que el niño comprenda.
  • Motivador para el niño/a: la plantilla debe llevar componentes motivadores para la niña, como imágenes de sus dibujos favoritos, o de super-héroes, equipos de fútbol… cuanto más les motive más querrán relacionarse con la ficha.
  • Que permita fallos/errores: esto es muy importante para que una economía de fichas funcione. Tendremos que incluir la posibilidad de que el niño no haga todos los días la conducta que queremos. Si el máximo de puntos por llevar a cabo todos los días la conducta que deseamos es 7, el niño debe también poder recibir el premio aunque solo llegue a 4-5, puesto que si no se puede desanimar y dejar de intentarlo.
  • Progresivo: a medida que pasan las semanas el número de fallos permitido se irá reduciendo. El mismo modo para adquirir los premios cada vez requerirá más puntos, de forma que poco a poco vayamos retirando los premios y se quede instalada la conducta.
  • Premios elegidos por la niña/o: son ellos los que deben elegir que premios/recompensas quieren y no algo dado por los mayores. Aquí también señalaremos que para que los premios tengan fuerza en la economía de fichas deben ser variables e ir cambiando, puesto que de lo contrario el niño se puede saciar y dejar de realizar la conducta porque no le motiva el premio. Dentro de la variedad de premios incluiremos actividades, refuerzo social… no solo cosas materiales.
  Esto sin duda es un pequeño esbozo que hay que desarrollar aún más, puesto que el objetivo de este artículo es hacer ver lo complejo de una técnica aparentemente simple. “Lo difícil, es hacerlo fácil”.

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